INCYDE: “Más del 80% de las empresas incubadas sobreviven”

En la jornada ‘Donde nacen las ideas: historias reales desde el ecosistema de incubación’, celebrada ayer jueves en la sede de la Cámara de Comercio española, INCYDE ha presentado un primer balance de los principales indicadores de impacto generados por las empresas incubadas este año. 

El propósito del acto ha sido la puesta en valor de la incubación empresarial como una herramienta indispensable en la transformación económica de España, además de un primer acercamiento a los negocios apoyados y sus dirigentes.

En este contexto, la Revista Emprendedores ha tenido la oportunidad de entrevistar al actual presidente de la Fundación INCYDE y de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet Ferrer. Una oportunidad única en la que se ha hablado de innovación y, sobre todo, de colaboración, porque los nuevos emprendedores “tienen que sentirse acompañados”, afirma el presidente.  

aceleradora de empresas

El valor de la incubación

EMPRENDEDORES: ¿Qué podemos esperar de las empresas incubadas?

JOSÉ LUIS BONET FERRER: El proyecto de este año es realmente transformador porque introduce un modelo productivo acompañado de conocimiento y cooperación público-privada. España necesita mucho esto. En el tiempo en que llevamos haciéndolo más de 5 mil empresas y emprendedores han iniciado su camino. Las incubadoras son espacios físicos, pero, sobre todo, lugares donde se transfiere conocimiento. 

EMP: La mayoría de las empresas pertenecen al ámbito tecnológico, ¿por qué? 

J.L.B: Siempre intentamos aportar nuestro granito de arena. Existen 26 incubadoras de alta tecnología en España y nosotros queremos satisfacer la necesidad de escalabilidad y competitividad en un mercado cada vez más digitalizado. En este sentido, Europa tiene unos deberes muy necesarios y España juega en ellos un papel fundamental. Por lo tanto, creo que estamos dando al país algo que necesita de verdad.

EMP: ¿Cuál es valor que aporta la incubación de empresas a España? 

J.L.B: Justamento eso. Nos estamos introduciendo en un mundo en el que vamos muy cortos, y gracias al talento y el impulso indispensable para la incubación de startups, lo estamos logrando. Está claro que Europa ha llegado tarde, y ahora tiene que poner todo su empeño.   

Los medios y el impacto

EMP: ¿Qué medios necesitamos disponer para incubar una startup? 

J.L.B: Yo creo que hay cinco pilares fundamentales para incubar empresas. El primero de todos es el acceso a la financiación; después, la existencia de una infraestructura adecuada física o virtual para trabajar; y el tercero es la formación empresarial para que el propio líder de la compañía pueda tomar decisiones sobre ventas y finanzas.  

Los dos siguientes fases harían referencia al acompañamiento, ya que hay que mostrar solidaridad al principio; y a la creación de redes de contacto con instituciones pertenecientes a los proyectos y las universidades.

EMP: ¿Qué impacto cree que tiene esto para la generación de empleo y la inserción laboral? 

J.L.B: Pienso que se crean puestos de trabajo en sectores muy emergentes. Además, el 80% de las de empresas incubadas sobreviven, lo cual es mucho. Sobre todo, si miramos desde donde veníamos: los viveros empresariales; en los que había un índice de mantenimiento del 60%. 

innovación de empresas

La escalabilidad de los proyectos

EMP: España posee muchísima investigación académica, pero con poca escalabilidad. ¿Por qué considera tan relevante este salto? 

J.L.B:  Se trata de convertir el conocimiento en soluciones escalables y en un sector como el alimentario, España tiene una posición clave. En este sentido, destacaría un caso valenciano, llamado Agrotec UV, donde confluyen la tecnología, la colaboración y la inteligencia. Allí se están desarrollando cápsulas que aplican la inteligencia artificial y la biotecnología al campo valenciano. 

Es precisamente en estos proyectos donde se unen las ideas y se encuentra una posibilidad para el desarrollo y la escalabilidad. Creo que para apoyar el emprendimiento, nuestro programa aporta elementos esenciales como la formación especializada, mentorización, las tutorías individuales y el seguimiento de los proyectos

Los nuevos emprendedores necesitan sentirse acompañados, eso les da mucha seguridad. Además, todo el ecosistema está conectado en forma de red con las cámaras de comercio, las universidades y los ayuntamientos, que se alían para que todo esto tenga un sentido y coherencia. 

Incubación de alta tecnología

EMP: ¿Qué distingue a INCYDE de otros programas de apoyo al emprendimiento?

J.L.B:   Bueno, aquí hay una línea muy interesante. Si te enseñara el mapa de incubadoras de alta tecnología que ha puesto en marcha INCYDE con fondos europeos pero cofinanciados; podrías ver que se han requerido alianzas en todo territorio nacional e incluso en zonas de la España vaciada. Una cuestión que es crucial en este momento. 

El simple hecho de que en una zona rural se pueda incorporar alta tecnología a través de la unión con instituciones territoriales, universidades locales y administraciones cercanas es muy relevante, ya que da sentido a todo este proyecto y aporta valor añadido. 

EMP: ¿Cómo contribuís a reducir la brecha de oportunidades entre zonas rurales y urbanas? 

J.L.B:  Ahora podemos proyectar innovación en zonas que, en un principio, carecían de un fermento claro para desarrollarla. Es muy valioso, porque vamos tejiendo alianzas por todo el país que, si no existieran, quedaría solo como una posibilidad más sin materializarse. Además, no innovan en cualquier nivel, sino en el último escalón: en el desarrollo de alta tecnología aplicada al campo. 

empresas del ámbito rural

Colaboración a nivel nacional

EMP: ¿Por qué es tan esencial esta colaboración entre lo público y lo privado para la escalabilidad de estas startups? 

J.L.B: Bueno, porque es necesario. No puede ser que cada uno actúe por su cuenta, encerrado en su propio espacio. Los consejeros comerciales y las embajadas están repartidos por todo el mundo; hay que ir todos juntos, y más aún en un momento donde hay poco consenso político. Cuando existe, genial, pero cuando carecemos de él, al menos, debe construirse un acuerdo público-privado. Esto es clave para España y para nuestra mentalidad como país. 

Evidentemente ello supone ir más allá de las administraciones públicas, se trata de involucrar a las universidades, y por supuesto, a todas las ramas de la administración como las comunidades autonómicas o locales. Esto es lo que hay que hacer. 

EMP: ¿Cuáles han sido los mayores retos a la hora de adaptar la incubación a sectores tan distintos como los que proponéis? 

J.L.B:    Uno de los mayores retos fue el inicio de todo esto, y eso se consiguió gracias a la oportunidad que ofrecieron los fondos europeos, en particular los FEDER. A partir de ahí buscamos alianzas y el proceso fue sencillo. Con ello, pudimos financiar una infraestructura, una formación adecuada y a mentores especializados. En definitiva, creamos una palanca fundamental para el progreso del país.