
Un sorprendente estudio del MIT ha revelado algo sorprendente sobre cómo nuestro cerebro interactúa con la IA, y los resultados podrían cambiar radicalmente nuestra forma de aprender y pensar. Eso sí, no te dejes llevar por falos titulares virales que hablan de que su uso nos vuelve «tontos». Los propios investigadores han querido centrar el debate en cómo cambia nuestro cerebro ante el uso de los recursos de la IA.
La investigación apunta a que, si bien el uso de la IA puede aligerar la carga cognitiva a la hora de realizar algunas tareas, esto podría implicar un ajuste en la profundidad del procesamiento de la información y la formación de memoria a largo plazo. El cerebro se adapta a la forma en que lo ejercitamos; si la IA asume el control de tareas de alto nivel cognitivo, el cerebro podría reasignar sus recursos para aprovecharlos en otros ámbitos.
Tu cerebro al descubierto: ¿amigo o enemigo de la IA?
Un equipo de investigadores del MIT, liderado por Nataliya Kosmyna , se propuso descubrir cómo nos impacta a nivel cognitivo de usar una IA (como ChatGPT) para tareas educativas. Para ello, reclutaron a 54 participantes y los dividieron en tres grupos:
- Grupo LLM: Solo podían usar ChatGPT-40.
- Grupo Motor de Búsqueda: Podían usar cualquier sitio web, pero no LLMs.
- Grupo Solo Cerebro: No podían usar ninguna herramienta online.
Todos ellos escribieron contenidos a lo largo de 3 sesiones, y un subgrupo de 18 participantes realizó una cuarta sesión, donde se invirtieron los roles: los del grupo LLM pasaron a «Solo Cerebro» (LLM-a-Cerebro) y viceversa (Cerebro-a-LLM). Para medir la actividad cerebral, usaron electroencefalografía (EEG), además de análisis de lenguaje natural (NLP) y entrevistas.
Spoiler: a lo largo de cuatro meses, los usuarios que dependieron de los LLM mostraron consistentemente un rendimiento inferior a nivel neuronal, lingüístico y conductual.
Unos resultados desconcertantes
Los participantes del grupo LLM tuvieron una capacidad significativamente menor para citar correctamente sus propios contenidos, incluso minutos después de haberlos escrito. Mientras que el 83.3% de los usuarios de LLM fallaron en citar correctamente en la primera sesión, solo el 11.1% de los grupos de Búsqueda y Solo Cerebro tuvieron la misma dificultad. En la cuarta sesión, donde los usuarios de LLM no usaron la herramienta, el 78% falló a la hora de citar sus estudios, frente a solo el 11% del grupo que venía de «solo cerebro».
Estas conclusiones, que ya se han vuelto virales, han sido vistas por muchos como un desencadenante de un deterioro en la codificación de la memoria debido a la externalización del proceso cognitivo.
Vamos, que depender de una IA para estos procesos podría hacer que perdieses parte de tus propias habilidades para ejecutarlas.
Tu cerebro trabaja menos (y no es bueno)
De acuerdo con las conclusiones de los investigadores:
- El grupo Solo Cerebro mostró las redes cerebrales más fuertes y amplias.
- El grupo Motor de Búsqueda mostró un compromiso intermedio.
- La asistencia de LLM provocó el acoplamiento general más débil.
En la banda alfa, asociada con la atención interna y el procesamiento semántico, el grupo Solo Cerebro tuvo una conectividad significativamente más fuerte. La conectividad en la banda theta, ligada a la carga de memoria de trabajo y el control ejecutivo, fue mucho mayor en el grupo Solo Cerebro, lo que indica una mayor carga cognitiva. Para los investigadores del MIT, esto sugiere que la IA reduce la necesidad del cerebro de generar y manipular internamente la información.
Un lenguaje más predecible

El estudio apunta a que el uso de LLMs podría influir en nuestra capacidad de retención. Los participantes que utilizaron un LLM mostraron una capacidad notablemente reducida para citar con precisión sus propios ensayos, incluso poco después de haberlos completado. Es decir, esta delegación de las funciones de escritura de contenido a la IA parece afectar a un cierto tipo de habilidades cognitivas.
Por otra parte, el estudio encontró que las IA pueden exacerbar las «cámaras de eco», limitando la exposición a diversas perspectivas y reforzando las creencias existentes. Este efecto de cámara de eco o de resonancia ha sido largamente debatida en relación a las redes sociales y cómo el depender de algoritmos que nos abastecen del contenido que saben que nos va a gustar acaba deteriorando la diversidad de puntos de vista y radicalizando las posturas.
Además, los ensayos generados con la ayuda de LLM mostraron una excesiva homogeneidad, con menos variabilidad en comparación con otros grupos. Es decir: las IA producen un lenguaje más predecible, con menos variaciones. De hecho, el grupo Solo Cerebro destacó por escribir ensayos que eran distinguibles de los escritos con IA o motores de búsqueda.
De hecho, en un giro muy propio del debate que se vive estos días acerca del impacto de la IA en la educación, los profesores humanos, expuestos diariamente a ensayos asistidos por LLM, fueron mucho más escépticos sobre la singularidad y la estructura del contenido, puntuando peor los ensayos con IA en estas métricas en comparación con la puntuación de una IA juez. Incluso podían reconocer un estilo de escritura distintivo asociado al grupo LLM. En contraste, la IA juez a menudo puntuaba los ensayos generados por IA como más altos en singularidad y calidad.
No caigamos en alarmismos
Los propios autores del estudio explican que la IA puede reducir la carga cognitiva y liberar recursos para otras tareas, pero a costa de una menor formación de memoria a largo plazo. En este contexto, el cerebro se adapta a cómo lo entrenamos: si la IA realiza la planificación de alto nivel, el cerebro asignará menos recursos a esas funciones.
En cualquier caso, los propios autores hablan de que se trata de un estudio preliminar, y piden a quienes lo referenciamos que no caigamos en el uso de palabras como «estúpido», «tonto», «descerebrado», «daño», «perjuicio», «pasividad», «recorte», etc. para definir cómo afecta el uso de estas herramientas a los humanos.
Dejémoslo en, simplemente, «desentrenado».
Imagen: ChatGPT
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La entrada No, la IA no te está volviendo más tonto. Pero este estudio demuestra que está transformando la forma en la que usas tu cerebro se publicó primero en Marketing4eCommerce.