Reino Unido (también) eliminará las exenciones de minimis a los envíos de bajo valor

un guardia británico semienterrado bajo una avalancha de paquetes de bajo valor

Sin duda, una de las palabras del año ha sido “minimis” (o “de minimis”, si lo prefieres). Trump, en su demoledora llegada a la Casa Blanca, emprendió una impactante, inconstante y dubitativa guerra comercial mundial en la que estas exenciones de tarifas aduaneras a las importaciones de bajo valor jugaban un papel muy llamativo. Su movimiento implicó la puesta en marcha de cambios estructurales en la forma en la que empresas de paquetería de todo el mundo gestionaban sus envíos a EE.UU. y, claro, nuevos costes para las empresas que exportan a ese país. Te lo explicamos todo bien explicadito en este artículo.

En realidad, este movimiento no fue una idea especialmente original. Hace apenas un par de semanas te contamos que la Unión Europea ha decidido avanzar en la eliminación de sus propios minimis, con el objetivo de frenar y regular la importación masiva de mercancías que no superan los 150€, muchas de las cuales proceden de las ventas online con origen en China, con protagonistas como Shein, Temu o AliExpress .

Y claro, como en cualquier escalada armamentística, otros países comienzan a sumarse a este tipo de iniciativas. El último de ellos, Reino Unido.

Adiós a las exenciones aduaneras antes de 2029

El Gobierno del Reino Unido, a través de HM Treasury y HM Revenue & Customs (HMRC), ha lanzado una consulta pública que marca el inicio del fin de una era para el comercio electrónico transfronterizo en el país. En el centro de esta reforma se encuentra la eliminación de la exención del derecho de aduana para las llamadas Importaciones de Bajo Valor (LVIs), definidas como mercancías de menos de 135 libras (unos 154 euros, al cambio actual), una medida que se implementará antes de marzo de 2029.

Según la documentación oficial del Gobierno británico, esta iniciativa surge como respuesta a la explosión del eCommerce transfronterizo, que ha visto cómo el volumen de las LVIs se triplicaba entre 2021 y 2024, alcanzando unos 600 millones de consignaciones anuales. Los minoristas locales llevan tiempo denunciando una competencia que consideran desleal, ya que los vendedores online extranjeros (especialmente de países como China) han utilizado la exención para enviar productos de bajo precio sin incurrir en aranceles.

El nuevo sistema busca nivelar el campo de juego, asegurando que las LVIs paguen derechos de aduana como el resto de las importaciones. La responsabilidad del pago recaerá en el vendedor o la plataforma en línea que facilite la venta, quienes deberán saldar sus cuentas con HMRC de forma trimestral, alineándose con los pagos del IVA.

El debate se centra ahora en los detalles técnicos: la consulta estudia si los vendedores extranjeros deberán nombrar un representante fiscal con sede en el Reino Unido y asunción de responsabilidad. Además, propone la recolección de datos detallados por artículo (a diferencia del sistema simplificado actual) y plantea la opción de un arancel simplificado (simplified tariff bucket system) para aliviar la carga de clasificación para las pequeñas empresas. Finalmente, se sopesa imponer una tasa administrativa adicional para compensar los costos de gestión de los 600 millones de paquetes anuales.

La consulta se cierra el 6 de marzo de 2026, y el resultado dará forma a la próxima década del comercio digital en Gran Bretaña, con un impacto directo tanto en gigantes globales como en el consumidor final.

Cómo afectará a los vendedores españoles

Todavía estamos en una fase muy inicial del proceso, pero es claro que esta medida también puede afectar a los vendedores españoles que exportan al Reino Unido. Piensa que actualmente, estos envíos están libres de aranceles. Tras la reforma, pasarán a ser sujetos al arancel global del Reino Unido (UKGT), encareciendo el producto final.

Además, los vendedores españoles asumirán una mayor carga administrativa: serán responsables de pagar los nuevos aranceles trimestralmente y deberán clasificar los productos con códigos aduaneros detallados. La necesidad de reportar datos detallados a nivel de artículo y clasificar cada producto a su código arancelario completo de 10 dígitos (UKGT) significa que las empresas españolas, especialmente las más pequeñas, tendrán que invertir en aspectos como software aduanero o formación en clasificación arancelaria.

El gobierno británico ofrece un posible arancel simplificado (simplified tariff bucket system) como opción, pero su uso puede resultar en el pago de tarifas más altas que el UKGT real para evitar la complejidad de la clasificación de 10 dígitos, una secuencia numérica que permite identificar de manera única y universal cualquier tipo de mercancía que se importa o exporta.

Por otra parte, si carecen de presencia física en UK, podrían verse obligados a nombrar un representante fiscal británico, lo que añade costes operativos y de compliance.

Imagen: Gemini

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