A medida que el mundo se adentra en una era de desarrollos tecnológicos sin precedentes, el trabajo tal y como lo conocemos está viviendo una transformación silenciosa pero imparable.
Mirando hacia 2050, conceptos tan familiares como “oficina”, “equipo” o incluso “tareas” y “proyectos” podrían reinventarse por completo o desaparecer, dejando paso a nuevas formas de colaboración impulsadas por tecnologías que hoy apenas podemos imaginar.
La automatización, la inteligencia artificial (IA) y la creciente colectividad digital no solo están redefiniendo qué hacemos, sino también cómo y con quién trabajamos. El impacto es tan profundo que algunos expertos aseguran que estamos frente a una verdadera revolución laboral. Pero, ¿cómo será exactamente ese futuro? ¿Cómo se adaptará la sociedad? ¿Tendremos más libertad y flexibilidad o viviremos bajo mayor control e inseguridad? ¿La IA cambiará nuestros hábitos laborales para siempre o será adoptada de forma gradual?…
Para dar respuesta a estas preguntas, conviene mirar en dos direcciones: por un lado, hacia las proyecciones de organismos y centros de investigación que llevan años anticipando los cambios; por otro, hacia la visión de los propios trabajadores que ya sienten en su día a día los primeros efectos de esta transformación.
Este artículo combina ambas perspectivas: investigaciones reconocidas sobre el futuro del empleo y una encuesta reciente realizada a usuarios de la plataforma gratuita de trabajo en línea Bitrix24, que nos brinda una ventana única a cómo imaginan los profesionales el panorama laboral de 2050.
Bitrix24 es un espacio de trabajo online gratuito diseñado para ayudar a las empresas a transformarse digitalmente y gestionar ventas, clientes y empleados como si estuviéramos en 2050
El futuro del trabajo en 2050
El futuro según los investigadores…
El futuro del trabajo lleva décadas captando la atención de investigadores, tecnólogos y responsables de políticas públicas. No es para menos: los cambios que se avecinan prometen transformar la vida laboral de millones de personas en todo el mundo.
Según el informe sobre el futuro del empleo del Foro Económico Mundial (2023), cerca de 85 millones de puestos podrían desaparecer hacia 2027 debido a la automatización. Sin embargo, el mismo proceso creará alrededor de 97 millones de nuevos roles, diseñados para una colaboración más estrecha entre humanos, máquinas y algoritmos. McKinsey & Company apunta en la misma dirección, estimando que para 2030 hasta el 30% de la fuerza laboral global tendrá que reinventarse y cambiar de ocupación.
La inteligencia artificial ocupa un lugar central en estas previsiones. Para los investigadores del MIT, su impacto será especialmente visible en el empleo basado en el conocimiento, alterando industrias tan estratégicas como la financiera y la sanitaria. Este escenario, según muchos expertos, traerá consigo tanto el riesgo de que ciertos perfiles desaparezcan como la oportunidad de que surjan trabajos más creativos, centrados en la toma de decisiones y en el valor añadido humano.
… y según los trabajadores
Pero el futuro del trabajo no se entiende solo desde los datos. También importa cómo lo visualizan quienes lo vivirán en primera persona. Para conocer esa otra perspectiva, Bitrix24 ha realizado una encuesta entre sus usuarios que trabajan en sectores tan diversos como retail, consultoría, manufactura y gobierno.
Los resultados ofrecen una mirada fresca y reveladora: la manera en que las personas imaginan su día a día laboral en el futuro no siempre coincide con los pronósticos académicos, pero aporta pistas valiosas sobre expectativas, temores y aspiraciones.
Ocho preguntas clave sobre el trabajo en 2050
Para aterrizar cómo podría ser la vida laboral dentro de 25 años, los usuarios de Bitrix24 respondieron a ocho preguntas que invitan a imaginar el futuro. Sus respuestas, llenas de optimismo, realismo y un toque de ciencia ficción, ayudan a entender qué esperan —y qué temen— quienes ya trabajan en entornos digitales.
1. ¿Cuántos días a la semana trabajaremos?
La mitad de los encuestados (50,16%) apuesta por semanas laborales de 3 o 4 días. Apenas un 28,48% piensa que seguiremos con la rutina de 5 días o más, mientras que un 21,36% imagina jornadas aún más reducidas, de 2 días o menos. Todo apunta a que la eficiencia de la IA y una mayor valoración del equilibrio entre vida personal y profesional podrían consolidar modelos como la semana laboral de cuatro días, ya probados con éxito en países como Islandia.

2. ¿Qué papel jugarán la IA o los robots?
Casi la mitad (49,19%) cree que en 2050 la IA tendrá un rol de asistencia significativa en sus tareas diarias y solo un 10,36% espera una ayuda mínima. Más que sustituirnos, la IA parece destinada a convertirse en un aliado integrado en cada proyecto y proceso de trabajo.

3. ¿Dónde trabajaremos?
Aunque un 36,89% sigue imaginando que trabajará desde casa, un interesante 20,39% ya visualiza oficinas en realidad virtual. Esto refleja un futuro en el que el espacio físico ya no es una limitación y que los entornos inmersivos —impulsados por el metaverso y tecnologías similares— podrían ser tan habituales como lo son hoy las videollamadas.

4. ¿Cómo nos comunicaremos con los colegas?
La mitad de los participantes (50,16%) cree que la comunicación será híbrida, combinando encuentros virtuales y presenciales. Un 25,24% incluso se inclina por imaginar hologramas como parte del día a día en 2050, mientras que un 15,86% anticipa audífonos con traducción en tiempo real, facilitando equipos globales sin barreras idiomáticas.

5. ¿Cómo llegaremos al trabajo?
Los vehículos autónomos y el transporte público inteligente lideran las expectativas (24,60% cada uno), aunque casi un 23% sigue viendo opciones tradicionales como válidas. Y no faltan los más soñadores: un 6,15% fantasea con jetpacks individuales para desplazarse.

6. ¿Podría tu trabajo ser automatizado?
Aquí las opiniones están divididas: un 33,33% cree que sí, un 39,81% piensa que no y un 26,86% aún duda. La incertidumbre refleja tanto el temor a la sustitución como la esperanza de que surjan nuevas oportunidades.

7. ¿Cómo mejorará la IA la comunicación?
El 46,60% confía en una integración fluida de herramientas de IA en los proyectos de equipo. Otros (13,92%) se atreven a imaginar interfaces cerebro-computadora que, aunque hoy suenan a ciencia ficción, podrían ser una realidad en 2050.

8. ¿Qué forma adoptará la IA en nuestro trabajo?
La visión más extendida es la de asistentes virtuales (43,37%) y una IA omnipresente en el entorno laboral (32,36%). También aparecen opciones más futuristas, como robots asistentes o compañeros con apariencia humana, que apuntan a una relación cada vez más “cercana” con la tecnología.

En conjunto, las respuestas dibujan un escenario donde la tecnología no solo facilita, sino que redefine la manera en que trabajamos, desde la duración de la semana laboral hasta la forma de comunicarnos. Y, aunque las certezas son pocas, algo parece claro: en 2050 el trabajo será más digital, más flexible y probablemente más humano en lo que realmente importa.
Diferencias regionales: un futuro que no será igual en todas partes
Aunque la encuesta global de Bitrix24 ofrece una visión general de cómo imaginamos el empleo en 2050, el análisis por regiones revela matices muy significativos. Factores como las diferencias culturales, económicas y de infraestructura influyen en la manera en que cada sociedad anticipa los cambios. Estos son algunos de los contrastes más llamativos:
Expectativas sobre la jornada laboral
Alemania e Italia se alejan de la tendencia global
Mientras que a nivel mundial la mayoría apuesta por semanas de 3 a 4 días, en Alemania un contundente 64,71% prevé mantener las cinco jornadas o más. En Italia la cifra también es alta (42,11%), muy por encima del promedio global del 28,48%.
► Posible explicación. En el caso alemán, esta expectativa parece ligada a una ética del trabajo muy arraigada y a la fortaleza de sectores industriales donde la productividad se mide en horarios estructurados. Italia, por su parte, refleja una división más marcada que podría responder a la incertidumbre económica y a la falta de fluidez de su mercado laboral, donde la seguridad en el empleo se percibe más frágil.

Expectativas sobre la asistencia de la IA
América Latina, más conservadora que otras regiones
Casi la mitad de los encuestados en el mundo anticipa una ayuda significativa de la IA, pero en América Latina solo el 36,23% comparte esa visión; la mayoría (53,62%) se inclina por una asistencia moderada.
► Posible explicación. Esta cautela puede explicarse por desigualdades estructurales: en muchos países de la región el acceso a tecnología avanzada aún no está extendido, y persisten temores sobre los efectos de la automatización en el desempleo. Así, la IA se percibe como un apoyo útil, pero no necesariamente como el motor central de la transformación laboral.

Expectativas sobre los lugares de trabajo
Alemania y Polonia muestran visiones opuestas sobre oficinas virtuales
A nivel global, un 20,39% de encuestados ve las oficinas en realidad virtual como una alternativa real para 2050. Pero las diferencias regionales son marcadas: en Alemania, más de la mitad (52,94%) espera seguir en oficinas tradicionales, mientras que solo un 5,88% imagina entornos virtuales. En Polonia ocurre lo contrario: un 27,27% apuesta por las oficinas VR, muy por encima del promedio mundial.
► Posible explicación. La preferencia alemana por lo presencial puede estar vinculada tanto a sus estructuras corporativas como a sus estrictas normas de privacidad y protección de datos. Polonia, en cambio, muestra una actitud más abierta, probablemente impulsada por una fuerza laboral más joven, la modernización digital y el auge de startups tecnológicas.

Expectativas sobre la automatización
Ansiedad por la automatización: Brasil vs. Alemania
Cuando se trata de la posibilidad de que los trabajos sean automatizados, Brasil y Alemania ofrecen una de las divergencias más marcadas. En Brasil, el 39,52% cree muy probable que sus funciones sean sustituidas por la IA, mientras que en Alemania solo el 11,76% comparte ese temor; allí, la mayoría (82,35%) cree poco probable una automatización total.
► Posible explicación. En el caso brasileño, la percepción responde al peso de los empleos de baja calificación y a la fragilidad de una economía donde la informalidad laboral es alta. En Alemania, por el contrario, la confianza en el sistema de formación técnica, la protección laboral y los marcos regulatorios hacen que la IA se vea más como herramienta complementaria que como amenaza.

Reflexiones finales: un futuro del trabajo por construir
Los contrastes que reflejan la encuesta de Bitrix24 ponen de relieve una conclusión importante: el futuro del trabajo no será homogéneo. Las tendencias globales marcan una dirección, pero cada región las interpretará de manera diferente según su historia, su estructura económica y su cultura laboral.
Para que la transición hacia 2050 sea inclusiva, gobiernos y empresas deberán tener en cuenta estas diferencias y garantizar que la inteligencia artificial y la automatización se conviertan en una oportunidad para todos, independientemente del lugar donde vivan.
Las tendencias globales marcan una dirección, pero cada región las interpretará de manera diferente según su historia, su cultura, su economía y su infraestructura
Las predicciones sobre el futuro laboral pueden sonar abstractas, incluso lejanas. Sin embargo, la encuesta de Bitrix24 pone rostro y voz a lo que millones de personas imaginan para 2050: un escenario con más flexibilidad, semanas laborales más cortas, inteligencia artificial integrada en las tareas cotidianas y nuevas formas de comunicarnos y colaborar.
Al mismo tiempo, persisten las dudas. La automatización despierta tanto entusiasmo como inquietud y no todos los países interpretan el cambio de la misma manera. Lo que en unas regiones se ve como oportunidad, en otras se percibe como riesgo.
Aun así, el tono general es de optimismo cauteloso. La mayoría confía en que el trabajo del futuro será más humano en lo que importa: tiempo, creatividad y calidad de vida. El reto será alinear el avance tecnológico con valores esenciales como la equidad, la seguridad y el bienestar.
De cara a 2050, la gran pregunta no es solo qué papel jugarán la IA o la automatización, sino cómo elegiremos usarlas. Porque el trabajo del mañana no está escrito: está en nuestras manos construirlo para que sea no solo más eficiente, sino también más justo y satisfactorio.